domingo, 14 de junio de 2015
El cerebro adicto
Introducción
Hasta hace unas décadas la drogadicción se consideraba un problema moral y de falta de voluntad. Hoy se reconoce como una enfermedad y se sabe cómo tratarla.
Casi todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos al alcohol, al tabaco, a medicamentos legales o a drogas ilícitas. El objeto de la adicción puede variar, pero la respuesta conductual es similar, ya que todas estas adicciones provocan la misma reacción en la química del cerebro. Este descubrimiento ha alterado la forma de considerar, prevenir y remediar las adicciones.
Hoy éstas se definen como una enfermedad crónica caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia a pesar de saber los daños que ocasiona. Al igual que otras enfermedades como la diabetes, la adicción se puede tratar, y aunque no se consiga una cura definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y la duración de la vida.
Desarrollo
Nueva perspectiva
Cuando la ciencia comenzó a estudiar la conducta adictiva en la década de 1930 se pensaba que las personas adictas a las drogas y al alcohol tenían una moralidad deficiente y carecían de fuerza de voluntad. Estas ideas moldearon las respuestas de la sociedad al abuso de drogas. Se le consideraba un problema moral y no de salud. Así, en lugar de diseñar acciones preventivas y terapéuticas, se optaba por el castigo y se etiquetaba negativamente a los adictos.
La investigadora mexicana-estadounidense Nora Volkow, quien estudió medicina en la UNAM y es hoy directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés), observó en imágenes cerebrales la influencia de las drogas sobre diversas zonas del cerebro y encontró la causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. "Esto nos llevó a entender por qué los pacientes, aunque quisieran, no podían dejar las sustancias por sí solos, sino que realmente necesitaban tratamiento", señala la doctora Medina Mora, agregando que éste fue un indicio importante de que las adicciones tenían todas las características de una enfermedad.
La adicción se considera hoy una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.
Efectos de algunas sustancias:
*Nicotina: Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
*Alcohol: Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos. Las áreas cerebrales especialmente vulnerables son la corteza cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el cerebelo (coordinación de movimientos). *Mariguana: Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar los pulmones, así como elevar el riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables. *Inhalables: Son extremadamente tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
*Cocaína: Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
Fuente: National Institute on Drug Abuse
Enfermedad crónica
"La adicción es una enfermedad que progresa por etapas", puntualiza en entrevista el doctor Rubén Baler, científico de la salud de la Oficina de Políticas Científicas del NIDA.
Explica que en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan en forma crónica.
El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los primeros signos de dependencia.
Cuando se abusa de las drogas se alteran algunas zonas del cerebro como el tallo cerebral, que controla el ritmo cardiaco, la respiración y el sueño; la corteza cerebral, que procesa la información sensorial y nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones, y el sistema límbico, donde se aloja el llamado circuito de recompensa del cerebro. Dicho sistema motiva al individuo a repetir conductas necesarias para la supervivencia y la reproducción como alimentarse y tener sexo.
Al ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su sistema de comunicación e interfieren en el proceso normal de intercambio de información neuronal. Recordemos que las células nerviosas se comunican por medio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas. Una neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal, conocido como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra neurona. Neurotransmisor y receptor embonan como una llave en una cerradura.
La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de placer.
"El cerebro está condicionado a repetir conductas que permiten la supervivencia y las drogas actúan produciendo una activación mucho mayor de la que ocurre en las situaciones naturales de recompensa", explica la doctora Medina Mora.
"El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas" de dopamina que se producen al consumir una droga, y lo hace reduciendo su producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la señal de este neurotransmisor.
Así, cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar cosas naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. "Cuando el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiene que usar más y más droga para obtener el mismo efecto", añade Rubén Baler. Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga.
En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
En palabras de Baler: "El cuerpo es uno, y lo que vemos como dependencia psicológica es una manifestación de los cambios en el cerebro, que intenta adaptarse y manejar niveles anormales de neurotransmisores". El consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones adecuadas. Según Baler estas adaptaciones del cerebro a las sustancias llevan al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo sepa que tienen consecuencias catastróficas.
Biología y ambiente
Como todo lo que influye en nuestra salud física y mental, la propensión a las adicciones proviene de varios factores biológicos y ambientales. "Los factores genéticos más o menos explican 40 o 60% del riesgo total. El resto son factores ambientales, sociales, culturales, dietéticos. Todo tipo de factores que no entran en el biológico", señala Baler y agrega que no existen personas sin riesgo genético absoluto. "No se trata de uno o cuatro genes que sean malos". Tenemos miles de genes. A fin de cuentas, el que se manifieste el comportamiento adictivo dependerá tanto de lo genético como del entorno. Así, incluso si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo, si en su entorno no se usan drogas o si su comunidad de compañeros y amigos no las consume, será muy improbable que el individuo desarrolle adicción simplemente porque hay una interacción positiva y robusta entre la parte biológica y la parte ambiental.
Principales factores de riesgo
• Conducta agresiva temprana
• Habilidades sociales deficientes
• Ausencia de supervisión paterna
• Compañeros/amigos que abusan de sustancias
• Disponibilidad de la droga
• Pobreza
Principales factores de protección
• Autocontrol
• Relaciones positivas
• Supervisión y apoyo paterno
• Información
• Políticas contra el uso de drogas
• Cohesión comunitaria
Fuente: National Institute on Drug Abuse
Dependencia física
Según María Elena Medina Mora hay sustancias que por sí mismas son muy adictivas; por ejemplo, la heroína. Desde que se usa por primera vez provoca una modificación estructural del cerebro. Otras sustancias adictivas como el alcohol, el tabaco y la benzodiazepina (medicamento psicotrópico que actúa sobre el sistema nervioso central) producen dependencia muy rápido en las personas propensas.
Para que se desarrolle una adicción importa igual lo adictiva que sea la droga, su disponibilidad y lo aceptable que la considere la sociedad.
La directora del INPRF señala que el riesgo se puede medir en un laboratorio con modelos animales. Por ejemplo, una rata de laboratorio es capaz de preferir la cocaína al alimento hasta la muerte, pero esto no sucede con la nicotina. Sin embargo, entre los humanos hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína y esto tiene que ver con que la nicotina es más fácil de adquirir y su consumo es más aceptado por la sociedad.
La adolescencia, factor de riesgo
"Toda la parte del cerebro que es responsable del juicio, raciocinio y control de la conducta se desarrolla hasta los veintitantos años", explica la doctora Medina Mora.
Como los adolescentes suelen tomar sus decisiones a partir de las emociones y no del juicio y el raciocinio, es más probable que abusen de las sustancias.
El problema principal es que en esa etapa de desarrollo el cerebro es mucho más vulnerable.
"La adolescencia es una época en la que se están desarrollando todas las conexiones y exponer el cerebro a las drogas a esa edad tiene consecuencias mucho más dañinas", indica la especialista.
"Al reunir a todas las personas que han estado expuestas una o más veces al uso de sustancias, controlando todas las demás variables, hemos encontrado que quienes desarrollan dependencia generalmente comenzaron a usar drogas dos años antes que aquellos que no la desarrollaron. Y aunque el punto de corte son los 17 años, para el caso de la mariguana tenemos el riesgo incrementado hasta los 26 años".
Esto significa, según la especialista, que los adolescentes no deben ni beber, ni fumar, ni usar otras drogas "y que tenemos que trabajar con todas las políticas públicas que nos ayuden a protegerlos".
Adicción sin sustancia
Un descubrimiento, realizado por investigadores del Scripps Research Institute de California en estudios con animales, en 2010, sugiere que los mismos mecanismos cerebrales que participan en la adicción a las drogas aparecen en la compulsión de comer y el consecuente desarrollo de la obesidad.
En ambos casos el exceso puede provocar una descompensación en el circuito de recompensa; en los comedores compulsivos, los impulsa a buscar alimentos ricos en grasas.
Esta similitud hace pensar que muchas de las compulsiones, o conductas adictivas humanas (por ejemplo, adicción al sexo y a los juegos de azar) podrían tener relación con desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores. Así, aunque en principio estas conductas no sean adictivas, pueden llevar a la adicción.
Problemas mentales y vulnerabilidad
Otro grupo de riesgo está formado por las personas que tienen algún tipo de padecimiento mental, como bipolaridad o esquizofrenia. "Sabemos que existe un gran porcentaje de comorbilidad (es decir, de presencia de dos trastornos simultáneos: la adicción y una enfermedad mental)", dice Rubén Baler.
Aproximadamente 60% de las personas con problemas de abuso de sustancias tienen también una enfermedad psiquiátrica. La doctora Medina Mora ilustra con el caso de un niño con problemas de ansiedad; por ejemplo, las fobias que surgen más o menos a los siete años. Si este niño llega a la edad adulta sin encontrarse con las drogas o con el alcohol, probablemente ya para entonces podrá resolver su problema. No obstante, si en su adolescencia prueba el alcohol y descubre que éste reduce la ansiedad, confundirá ese efecto con la solución de sus problemas y será mayor el riesgo de que desarrolle dependencia. Ya adulto seguirá teniendo el problema de la ansiedad y además una adicción. Es importante identificar lo más pronto posible a la gente que padece enfermedades psiquiátricas o, en general, que es más vulnerable a caer en adicciones.
El uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumenta entre una y siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 años.
Consecuencias conductuales, familiares y sociales
Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas y, por tanto, para el bienestar personal, familiar y social. Este trastorno afecta varios circuitos cerebrales. "No solamente el circuito que calcula la recompensa", dice Rubén Baler, "sino también los relacionados con el aprendizaje, con la memoria, con el control de emociones, con la toma de decisiones; son varios circuitos. Todos interactúan entre sí y muestran una disfunción en el adicto".
Asimismo, dependiendo de la sustancia y del tiempo que se haya empleado, los efectos sobre la salud pueden ir de enfermedades cardiovasculares, enfisema o cáncer, al desarrollo de trastornos mentales irreversibles.
Siendo adicto se corre también el riesgo de sufrir o infligir a otras personas algún daño no intencional, o de incurrir en actos de violencia o delitos por influencia de las drogas o de la abstinencia.
La doctora Medina Mora señala que "las drogas también son un problema social con muchas facetas porque tener un adicto en la familia la modifica, afecta su calidad de vida y tiene un impacto emocional, económico y social".
Para que un tratamiento sea efectivo debe atacar por todos estos frentes. "Por ejemplo, hay que entrenar de nuevo los circuitos neuronales que calculan las recompensas naturales: la de la comida, la de salir con amigos, la del sexo. Todos los aspectos de la recompensa natural que se volvieron disfuncionales en el adicto", señala el doctor Baler.
Lo mismo sucede con los circuitos relacionados con la voluntad (memoria, emociones, toma de decisiones). "Cada uno de estos aspectos relacionados con las funciones ejecutivas tiene que ser atacado de un modo distinto", dice Baler.
Por tanto, el tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No se intenta resolver únicamente el problema bioquímico, sino considerar al individuo y su contexto: su familia y su lugar de trabajo. En definitiva, se requiere una terapia multidimensional que procure entrenar nuevamente un cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje.
Como la diabetes, la adicción es crónica e incurable. Así, siempre se pueden sufrir recaídas. Pero la probabilidad de recuperación es similar a la de la diabetes y puede controlarse para mejorar la calidad de vida.
En consecuencia, la recaída no debe considerarse como el fracaso del tratamiento; sólo indica que éste tiene que repetirse. La doctora Medina Mora señala que si entendemos que la adicción es una enfermedad y que la recaída forma parte de ella, un tratamiento exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración. "Esto realmente mejora la condición de salud y los periodos de abstinencia incrementan la esperanza de vida".
El mejor enfoque: la prevención
Pero para no llegar a necesitar tratamiento Rubén Baler propone la prevención universal: "Evitar todo lo que sabemos que es dañino y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo".
Entre los factores negativos se encuentran, por ejemplo, los padres adictos, la pobreza extrema, la mala nutrición, la falta de ejercicio, así como un ambiente que no sea confiable para los chicos y, desde luego, un entorno de violencia. "Deben evitarse esas actividades desafiantes, o de franca delincuencia", pues son factores de muy alto riesgo. Baler añade que no es cuestión de magia. "Todo lo que promueve un ambiente saludable por fuerza va a reducir el riesgo absoluto de abuso de sustancias". Y la doctora Medina Mora agrega que "tenemos que trabajar para que se deje de vender alcohol a los adolescentes", lo que sucede incluso en tiendas establecidas que funcionan las 24 horas. También hay que frenar la disponibilidad de inhalables y de cigarros sueltos. Proteger a los adolescentes de las drogas es fundamental, "pues toda la evidencia de salud pública nos habla de un riesgo mayor" en la adolescencia.
Al documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como la que ha financiado el Instituto Nacional de Psiquiatría se encontraron todos los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable. Ahora la política pública debe reunir esta evidencia científica, compartirla con la población y convertirla en una convicción social.
Conclusión
La drogadicción ya no es considerada solo un problema público en el que solo debe de castigarse sino que también debe de atenderse con diversos tratamiendo. Estando consciente también que afecta a adolescente y jóvenes causando enfermedades a temprana edad; ya que los diversos tipos de drogas como el alcohol, la nicotina, mariguana están a muy fácil acceso para ellos aunado a esto también afecta el hecho de tener padres adictos, entre otros factores de riesgo se mencionan aunsencia de supervisión por parte de los padres, pobreza. Además también se puede ser adicto sin tener acceso a drogas como citaba anteriormente que a los comedores compulsivos, su adicción los impulsa a buscar alimentos ricos en grasas. Proteger a los adolescentes es fundamental para prevenir adicciones y daños en la salud de los jóvenes. Decidí elegir este tema porque se me hizo de suma importancia la situación de los jóvenes en estos días es mas deprorable; se observan cada día que desde mas temprana edad están consumiendo sustancias adictivas (alcohol y drogas), es necesario leer estos temas, estar informados y ayudar a la familia y a la población.
Hasta hace unas décadas la drogadicción se consideraba un problema moral y de falta de voluntad. Hoy se reconoce como una enfermedad y se sabe cómo tratarla.
Casi todos conocemos algún caso de adicción: amigos, familiares o compañeros adictos al alcohol, al tabaco, a medicamentos legales o a drogas ilícitas. El objeto de la adicción puede variar, pero la respuesta conductual es similar, ya que todas estas adicciones provocan la misma reacción en la química del cerebro. Este descubrimiento ha alterado la forma de considerar, prevenir y remediar las adicciones.
Hoy éstas se definen como una enfermedad crónica caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de una sustancia a pesar de saber los daños que ocasiona. Al igual que otras enfermedades como la diabetes, la adicción se puede tratar, y aunque no se consiga una cura definitiva, el tratamiento incrementa la calidad y la duración de la vida.
Desarrollo
Nueva perspectiva
Cuando la ciencia comenzó a estudiar la conducta adictiva en la década de 1930 se pensaba que las personas adictas a las drogas y al alcohol tenían una moralidad deficiente y carecían de fuerza de voluntad. Estas ideas moldearon las respuestas de la sociedad al abuso de drogas. Se le consideraba un problema moral y no de salud. Así, en lugar de diseñar acciones preventivas y terapéuticas, se optaba por el castigo y se etiquetaba negativamente a los adictos.
La investigadora mexicana-estadounidense Nora Volkow, quien estudió medicina en la UNAM y es hoy directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés), observó en imágenes cerebrales la influencia de las drogas sobre diversas zonas del cerebro y encontró la causa física de la dependencia de sustancias como la cocaína y los opioides. "Esto nos llevó a entender por qué los pacientes, aunque quisieran, no podían dejar las sustancias por sí solos, sino que realmente necesitaban tratamiento", señala la doctora Medina Mora, agregando que éste fue un indicio importante de que las adicciones tenían todas las características de una enfermedad.
La adicción se considera hoy una enfermedad del cerebro porque las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento de ese órgano.
Efectos de algunas sustancias:
*Nicotina: Es muy adictiva y al fumarse eleva el riesgo de cáncer, enfisema, trastornos bronquiales y problemas cardiovasculares.
*Alcohol: Su consumo puede dañar el cerebro y la mayoría de los órganos. Las áreas cerebrales especialmente vulnerables son la corteza cerebral (funciones ejecutivas), el hipocampo (memoria y aprendizaje) y el cerebelo (coordinación de movimientos). *Mariguana: Puede dañar la memoria y el aprendizaje de corto plazo, la capacidad de concentración y la coordinación. Aumenta el ritmo cardiaco y puede perjudicar los pulmones, así como elevar el riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables. *Inhalables: Son extremadamente tóxicos y pueden dañar el corazón, los riñones, los pulmones y el cerebro.
*Cocaína: Puede provocar graves consecuencias médicas relacionadas con el corazón y los sistemas respiratorio, nervioso y digestivo.
Fuente: National Institute on Drug Abuse
Enfermedad crónica
"La adicción es una enfermedad que progresa por etapas", puntualiza en entrevista el doctor Rubén Baler, científico de la salud de la Oficina de Políticas Científicas del NIDA.
Explica que en la primera etapa las personas utilizan sustancias para alcanzar la euforia que brindan, pero este consumo de drogas se convierte muy rápido en enfermedad en quienes las utilizan en forma crónica.
El cerebro empieza a adaptarse a la sustancia y aparecen los primeros signos de dependencia.
Cuando se abusa de las drogas se alteran algunas zonas del cerebro como el tallo cerebral, que controla el ritmo cardiaco, la respiración y el sueño; la corteza cerebral, que procesa la información sensorial y nos permite pensar, planear, resolver problemas y tomar decisiones, y el sistema límbico, donde se aloja el llamado circuito de recompensa del cerebro. Dicho sistema motiva al individuo a repetir conductas necesarias para la supervivencia y la reproducción como alimentarse y tener sexo.
Al ingresar en el cerebro las drogas obstaculizan su sistema de comunicación e interfieren en el proceso normal de intercambio de información neuronal. Recordemos que las células nerviosas se comunican por medio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores que llevan mensajes entre ellas. Una neurona libera el neurotransmisor, que cruza un espacio interneuronal, conocido como sinapsis, y se adhiere a un receptor (una proteína) en otra neurona. Neurotransmisor y receptor embonan como una llave en una cerradura.
La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de placer.
"El cerebro está condicionado a repetir conductas que permiten la supervivencia y las drogas actúan produciendo una activación mucho mayor de la que ocurre en las situaciones naturales de recompensa", explica la doctora Medina Mora.
"El cerebro pierde la capacidad de sentir placer por las recompensas naturales, pues se acostumbra rápidamente a las dosis masivas" de dopamina que se producen al consumir una droga, y lo hace reduciendo su producción natural, o bien disminuyendo la cantidad de receptores que captan la señal de este neurotransmisor.
Así, cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente y la persona deja de disfrutar cosas naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión. "Cuando el cerebro comienza a adaptarse a altos niveles de dopamina, el individuo tiene que usar más y más droga para obtener el mismo efecto", añade Rubén Baler. Es decir, se desarrolla tolerancia a la droga.
En el individuo que ha llegado a esta etapa, la falta de droga provoca el llamado síndrome de abstinencia, con síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
En palabras de Baler: "El cuerpo es uno, y lo que vemos como dependencia psicológica es una manifestación de los cambios en el cerebro, que intenta adaptarse y manejar niveles anormales de neurotransmisores". El consumo crónico de drogas deteriora el autocontrol y la capacidad de tomar decisiones adecuadas. Según Baler estas adaptaciones del cerebro a las sustancias llevan al ansia incontrolable de utilizarlas aunque el individuo sepa que tienen consecuencias catastróficas.
Biología y ambiente
Como todo lo que influye en nuestra salud física y mental, la propensión a las adicciones proviene de varios factores biológicos y ambientales. "Los factores genéticos más o menos explican 40 o 60% del riesgo total. El resto son factores ambientales, sociales, culturales, dietéticos. Todo tipo de factores que no entran en el biológico", señala Baler y agrega que no existen personas sin riesgo genético absoluto. "No se trata de uno o cuatro genes que sean malos". Tenemos miles de genes. A fin de cuentas, el que se manifieste el comportamiento adictivo dependerá tanto de lo genético como del entorno. Así, incluso si un individuo tuviera genes que propician el comportamiento adictivo, si en su entorno no se usan drogas o si su comunidad de compañeros y amigos no las consume, será muy improbable que el individuo desarrolle adicción simplemente porque hay una interacción positiva y robusta entre la parte biológica y la parte ambiental.
Principales factores de riesgo
• Conducta agresiva temprana
• Habilidades sociales deficientes
• Ausencia de supervisión paterna
• Compañeros/amigos que abusan de sustancias
• Disponibilidad de la droga
• Pobreza
Principales factores de protección
• Autocontrol
• Relaciones positivas
• Supervisión y apoyo paterno
• Información
• Políticas contra el uso de drogas
• Cohesión comunitaria
Fuente: National Institute on Drug Abuse
Dependencia física
Según María Elena Medina Mora hay sustancias que por sí mismas son muy adictivas; por ejemplo, la heroína. Desde que se usa por primera vez provoca una modificación estructural del cerebro. Otras sustancias adictivas como el alcohol, el tabaco y la benzodiazepina (medicamento psicotrópico que actúa sobre el sistema nervioso central) producen dependencia muy rápido en las personas propensas.
Para que se desarrolle una adicción importa igual lo adictiva que sea la droga, su disponibilidad y lo aceptable que la considere la sociedad.
La directora del INPRF señala que el riesgo se puede medir en un laboratorio con modelos animales. Por ejemplo, una rata de laboratorio es capaz de preferir la cocaína al alimento hasta la muerte, pero esto no sucede con la nicotina. Sin embargo, entre los humanos hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína y esto tiene que ver con que la nicotina es más fácil de adquirir y su consumo es más aceptado por la sociedad.
La adolescencia, factor de riesgo
"Toda la parte del cerebro que es responsable del juicio, raciocinio y control de la conducta se desarrolla hasta los veintitantos años", explica la doctora Medina Mora.
Como los adolescentes suelen tomar sus decisiones a partir de las emociones y no del juicio y el raciocinio, es más probable que abusen de las sustancias.
El problema principal es que en esa etapa de desarrollo el cerebro es mucho más vulnerable.
"La adolescencia es una época en la que se están desarrollando todas las conexiones y exponer el cerebro a las drogas a esa edad tiene consecuencias mucho más dañinas", indica la especialista.
"Al reunir a todas las personas que han estado expuestas una o más veces al uso de sustancias, controlando todas las demás variables, hemos encontrado que quienes desarrollan dependencia generalmente comenzaron a usar drogas dos años antes que aquellos que no la desarrollaron. Y aunque el punto de corte son los 17 años, para el caso de la mariguana tenemos el riesgo incrementado hasta los 26 años".
Esto significa, según la especialista, que los adolescentes no deben ni beber, ni fumar, ni usar otras drogas "y que tenemos que trabajar con todas las políticas públicas que nos ayuden a protegerlos".
Adicción sin sustancia
Un descubrimiento, realizado por investigadores del Scripps Research Institute de California en estudios con animales, en 2010, sugiere que los mismos mecanismos cerebrales que participan en la adicción a las drogas aparecen en la compulsión de comer y el consecuente desarrollo de la obesidad.
En ambos casos el exceso puede provocar una descompensación en el circuito de recompensa; en los comedores compulsivos, los impulsa a buscar alimentos ricos en grasas.
Esta similitud hace pensar que muchas de las compulsiones, o conductas adictivas humanas (por ejemplo, adicción al sexo y a los juegos de azar) podrían tener relación con desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores. Así, aunque en principio estas conductas no sean adictivas, pueden llevar a la adicción.
Problemas mentales y vulnerabilidad
Otro grupo de riesgo está formado por las personas que tienen algún tipo de padecimiento mental, como bipolaridad o esquizofrenia. "Sabemos que existe un gran porcentaje de comorbilidad (es decir, de presencia de dos trastornos simultáneos: la adicción y una enfermedad mental)", dice Rubén Baler.
Aproximadamente 60% de las personas con problemas de abuso de sustancias tienen también una enfermedad psiquiátrica. La doctora Medina Mora ilustra con el caso de un niño con problemas de ansiedad; por ejemplo, las fobias que surgen más o menos a los siete años. Si este niño llega a la edad adulta sin encontrarse con las drogas o con el alcohol, probablemente ya para entonces podrá resolver su problema. No obstante, si en su adolescencia prueba el alcohol y descubre que éste reduce la ansiedad, confundirá ese efecto con la solución de sus problemas y será mayor el riesgo de que desarrolle dependencia. Ya adulto seguirá teniendo el problema de la ansiedad y además una adicción. Es importante identificar lo más pronto posible a la gente que padece enfermedades psiquiátricas o, en general, que es más vulnerable a caer en adicciones.
El uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumenta entre una y siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 años.
Consecuencias conductuales, familiares y sociales
Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas y, por tanto, para el bienestar personal, familiar y social. Este trastorno afecta varios circuitos cerebrales. "No solamente el circuito que calcula la recompensa", dice Rubén Baler, "sino también los relacionados con el aprendizaje, con la memoria, con el control de emociones, con la toma de decisiones; son varios circuitos. Todos interactúan entre sí y muestran una disfunción en el adicto".
Asimismo, dependiendo de la sustancia y del tiempo que se haya empleado, los efectos sobre la salud pueden ir de enfermedades cardiovasculares, enfisema o cáncer, al desarrollo de trastornos mentales irreversibles.
Siendo adicto se corre también el riesgo de sufrir o infligir a otras personas algún daño no intencional, o de incurrir en actos de violencia o delitos por influencia de las drogas o de la abstinencia.
La doctora Medina Mora señala que "las drogas también son un problema social con muchas facetas porque tener un adicto en la familia la modifica, afecta su calidad de vida y tiene un impacto emocional, económico y social".
Para que un tratamiento sea efectivo debe atacar por todos estos frentes. "Por ejemplo, hay que entrenar de nuevo los circuitos neuronales que calculan las recompensas naturales: la de la comida, la de salir con amigos, la del sexo. Todos los aspectos de la recompensa natural que se volvieron disfuncionales en el adicto", señala el doctor Baler.
Lo mismo sucede con los circuitos relacionados con la voluntad (memoria, emociones, toma de decisiones). "Cada uno de estos aspectos relacionados con las funciones ejecutivas tiene que ser atacado de un modo distinto", dice Baler.
Por tanto, el tratamiento debe definirse según la persona, el tipo de sustancia, el ambiente en que vive y sus recursos, internos y externos. No se intenta resolver únicamente el problema bioquímico, sino considerar al individuo y su contexto: su familia y su lugar de trabajo. En definitiva, se requiere una terapia multidimensional que procure entrenar nuevamente un cerebro que aprendió algo totalmente anormal, pues la adicción, en última instancia, es una enfermedad de aprendizaje.
Como la diabetes, la adicción es crónica e incurable. Así, siempre se pueden sufrir recaídas. Pero la probabilidad de recuperación es similar a la de la diabetes y puede controlarse para mejorar la calidad de vida.
En consecuencia, la recaída no debe considerarse como el fracaso del tratamiento; sólo indica que éste tiene que repetirse. La doctora Medina Mora señala que si entendemos que la adicción es una enfermedad y que la recaída forma parte de ella, un tratamiento exitoso no debe medirse sólo por la abstinencia, sino por la disminución de las recaídas, así como de su gravedad y duración. "Esto realmente mejora la condición de salud y los periodos de abstinencia incrementan la esperanza de vida".
El mejor enfoque: la prevención
Pero para no llegar a necesitar tratamiento Rubén Baler propone la prevención universal: "Evitar todo lo que sabemos que es dañino y tratar de promover y enaltecer lo que sabemos que es positivo".
Entre los factores negativos se encuentran, por ejemplo, los padres adictos, la pobreza extrema, la mala nutrición, la falta de ejercicio, así como un ambiente que no sea confiable para los chicos y, desde luego, un entorno de violencia. "Deben evitarse esas actividades desafiantes, o de franca delincuencia", pues son factores de muy alto riesgo. Baler añade que no es cuestión de magia. "Todo lo que promueve un ambiente saludable por fuerza va a reducir el riesgo absoluto de abuso de sustancias". Y la doctora Medina Mora agrega que "tenemos que trabajar para que se deje de vender alcohol a los adolescentes", lo que sucede incluso en tiendas establecidas que funcionan las 24 horas. También hay que frenar la disponibilidad de inhalables y de cigarros sueltos. Proteger a los adolescentes de las drogas es fundamental, "pues toda la evidencia de salud pública nos habla de un riesgo mayor" en la adolescencia.
Al documentar tanto la investigación que ha realizado la doctora Nora Volkow como la que ha financiado el Instituto Nacional de Psiquiatría se encontraron todos los elementos que definen la adicción como una enfermedad tratable. Ahora la política pública debe reunir esta evidencia científica, compartirla con la población y convertirla en una convicción social.
Conclusión
La drogadicción ya no es considerada solo un problema público en el que solo debe de castigarse sino que también debe de atenderse con diversos tratamiendo. Estando consciente también que afecta a adolescente y jóvenes causando enfermedades a temprana edad; ya que los diversos tipos de drogas como el alcohol, la nicotina, mariguana están a muy fácil acceso para ellos aunado a esto también afecta el hecho de tener padres adictos, entre otros factores de riesgo se mencionan aunsencia de supervisión por parte de los padres, pobreza. Además también se puede ser adicto sin tener acceso a drogas como citaba anteriormente que a los comedores compulsivos, su adicción los impulsa a buscar alimentos ricos en grasas. Proteger a los adolescentes es fundamental para prevenir adicciones y daños en la salud de los jóvenes. Decidí elegir este tema porque se me hizo de suma importancia la situación de los jóvenes en estos días es mas deprorable; se observan cada día que desde mas temprana edad están consumiendo sustancias adictivas (alcohol y drogas), es necesario leer estos temas, estar informados y ayudar a la familia y a la población.
lunes, 1 de junio de 2015
¿Qué es ser un estudiante en linea?
Hoy en día el uso de las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) han venido a transformar la forma en como interactuamos,
pero sobretodo, la manera en como aprendemos; ejemplo de ello, es la creación
de escuelas virtuales, en las que podemos seguir con nuestros estudios desde la
comodidad de casa. Sin embargo, esta modalidad de estudios presenta nuevos
retos y desafíos para todo aquel que aspire a convertirse en un estudiante en
línea.
Etapas de la modalidad abierta y a distancia
Etapa 1 - Enseñanza por correspondencia.- Surge a finales del siglo XIX y principios del XX) Los medios disponibles para el aprendizaje eran los materiales impresos y los servicios postales (El alumno se encontraba solo, la única forma de apoyo era el material impreso)
Etapa 2 - Enseñanza multimedia.- Surge a partir de 1960. Los medios disponibles para el aprendizaje eran medios de comunicación (teléfono, tv y recursos audiovisuales). Contaba con material impreso y cada vez mas material electrónico
Etapa 3 - Telemática.- Surge a partir de 1970. Esta ligada a la evolución de las tecnologías de la información y la comunicación, se caracterizó por la inserción de las comunicaciones con otros medio educativos (CD-ROM).
Etapa 4 – Enseñanza Colaborativa basada en Internet.- (Surge a partir de 1990). Los recursos que se utilizan pueden ser enviados a través de la web. Se clasifican en:
-Sincrónicos.- chat y videoconferencia.
-Asincrónicos.- correo electrónico y foros de discusión
El estudiante toma un papel activo y autogestor. El docente se transforma en un guía y facilitador del aprendizaje.
Basado en Ortiz (1998) y Palacios Jiménez (2005)
En un entorno virtual no hay lugar para un aprendizaje
pasivo y dirigido, el cual se caracteriza por la sumisión del alumno ante el
conocimiento absoluto e inapelable del profesor; sino que, a partir de aquí
tendrás que convertirte en un agente activo de tu propio aprendizaje.
La etapa
4. Enseñanza colaborativa basada en Internet, da lugar al surgimiento de la
educación en línea, la cual propicia un cambio sustancial, dejar de ser alumnos
para convertirse en estudiantes; respecto a este cambio de rol Bautista, Borges
& Forés (2006) mencionan que los estudiantes, mantienen pautas de
funcionamiento fundamentadas en la autonomía y la madurez, mientras que el
alumno tradicional es dependiente de la acción e instrucciones del docente.
Es
importante, no perder de vista que “La educación a distancia se basa en un
diálogo didáctico mediado entre docentes de una institución y los estudiantes
que, ubicados en espacio diferente al de aquellos, aprenden de forma
independiente o grupal.” (García Aretio, 2014, pág. 19).
Ahora, es momento de abordar propiamente las características
que debes poseer como estudiante, y los retos a los que te enfrentarás para
lograrlo dentro de la educación en línea:
Características:
Características:
*Actitud proactiva: Considerar que se
dispone de un amplio margen de libertad y autonomía, que te permitirá tomar
decisiones respecto a tu propio aprendizaje y desempeño, sin perder de vista tu
objetivo planteado.
*Compromiso con el propio aprendizaje: Asumir que eres responsable de tu aprendizaje, pues ahora te conviertes en un agente activo y autogestor del mismo.
*Conciencia de las actitudes, destrezas, habilidades y estrategias propias: Generar y potencializar estrategias que te faciliten la recepción y el análisis de la información, las cuales te permitan acceder a la información en cualquier momento, en cualquier lugar, de cualquier forma, y lo más importante, al ritmo que tú decidas.
*Actitud para trabajar en entornos colaborativos: Tienes la oportunidad de conocer a diferentes personas, estrategias de estudio, de las cuales podrás aprender, por lo tanto es importante que no pierdas de vista que el aprendizaje entre pares enriquece tu propio proceso cognitivo y de desarrollo.
*Metas propias: Establecer metas más allá de la superación de asignaturas o cursos, y buscar siempre alternativas de solución en caso de tener inconvenientes y evitar esperar a que llegué por sí sola la solución.
*Aprendizaje autónomo y Autogestivo: Generar destrezas relacionadas con la comunicación, la búsqueda, la selección, la producción, la difusión de la información y el conocimiento.
*Compromiso con el propio aprendizaje: Asumir que eres responsable de tu aprendizaje, pues ahora te conviertes en un agente activo y autogestor del mismo.
*Conciencia de las actitudes, destrezas, habilidades y estrategias propias: Generar y potencializar estrategias que te faciliten la recepción y el análisis de la información, las cuales te permitan acceder a la información en cualquier momento, en cualquier lugar, de cualquier forma, y lo más importante, al ritmo que tú decidas.
*Actitud para trabajar en entornos colaborativos: Tienes la oportunidad de conocer a diferentes personas, estrategias de estudio, de las cuales podrás aprender, por lo tanto es importante que no pierdas de vista que el aprendizaje entre pares enriquece tu propio proceso cognitivo y de desarrollo.
*Metas propias: Establecer metas más allá de la superación de asignaturas o cursos, y buscar siempre alternativas de solución en caso de tener inconvenientes y evitar esperar a que llegué por sí sola la solución.
*Aprendizaje autónomo y Autogestivo: Generar destrezas relacionadas con la comunicación, la búsqueda, la selección, la producción, la difusión de la información y el conocimiento.
Retos
a) Dejar atrás el aprendizaje dirigido. Aprender a ser autogestivo,
autocrítico y reflexivo, la decisión respecto a tú propio aprendizaje y
desempeño, depende primordialmente de ti y de tu administración del
tiempo.
b) Evita memorizar y repetir el conocimiento. Más bien analízalo, procésalo, aprópiate de él y proyecta tu saber.
c) Dejar atrás los entornos competitivos. El trabajo colaborativo no solo: enriquece tú propio conocimiento, sino que también fortalece tú aprender a aprender.
d)Gestión y administración del tiempo. Deberás crear una agenda de actividades, que te permita programar todas las actividades (escolares, personales, laborales, etcétera) que debes realizar, esto te permitirá administrar tus tiempos.
e) Destrezas comunicativas. Deberás potencializar tus habilidades de lectura y escritura; recuerda evitar el uso excesivo de mayúsculas, que en un ambiente en línea se consideran Netiquetas, las cuales significan gritar.
b) Evita memorizar y repetir el conocimiento. Más bien analízalo, procésalo, aprópiate de él y proyecta tu saber.
c) Dejar atrás los entornos competitivos. El trabajo colaborativo no solo: enriquece tú propio conocimiento, sino que también fortalece tú aprender a aprender.
d)Gestión y administración del tiempo. Deberás crear una agenda de actividades, que te permita programar todas las actividades (escolares, personales, laborales, etcétera) que debes realizar, esto te permitirá administrar tus tiempos.
e) Destrezas comunicativas. Deberás potencializar tus habilidades de lectura y escritura; recuerda evitar el uso excesivo de mayúsculas, que en un ambiente en línea se consideran Netiquetas, las cuales significan gritar.
Quizá, el desafío más grande al que te enfrentarás como
estudiante en línea será convertirte en todo un alfabeta digital. Es decir,
“conocer cuando hay una necesidad de información; identificar las necesidades
de la información; trabajar con diversas fuentes y códigos de información;
saber manejar la sobrecarga de información y discriminar la calidad de las
fuente de información; organizar la información; usar la información
eficazmente; y saber comunicar la información encontrada a otros.”(Cabero Almenara
& Llorente Cejudo, 2008, pág. 13).
Recuerda, que se trata de navegar en la red y no naufragar
en ella.
Es momento de mencionar algunos mitos realacionados con la
educación en línea:
1.-Es fácil y sencillo estudiar en línea, solo hay que estar en la computadora y ya.
2.-No hay que leer nada, basta con copiar y pegar la información que encuentre en la red.
3.-Como no me conocen (físicamente), puedo dejar de estudiar en cualquier momento.
1.-Es fácil y sencillo estudiar en línea, solo hay que estar en la computadora y ya.
2.-No hay que leer nada, basta con copiar y pegar la información que encuentre en la red.
3.-Como no me conocen (físicamente), puedo dejar de estudiar en cualquier momento.
En contraparte con el primer mito, hay quienes creen que
estudiar en línea es difícil y muy complicado debido a que deben ser un experto
en la tecnología.
Sin embargo, conforme vayas avanzando en la modalidad abierta y a distancia, te irás dando cuenta que estos mitos son totalmente falsos, ya que ser un estudíante en línea no es fácil ni dificil, basta, con aplicar estrategias y acciones que te permitan autogestionar tu aprendizaje, asimismo, resulta fundamental crear un compromiso contigo y con tu aprendizaje, asi como desarrollar tu comprensión lectora, puesto que el entender lo que lees te evitará frustaciones y pérdidas de tiempo.
Sin embargo, conforme vayas avanzando en la modalidad abierta y a distancia, te irás dando cuenta que estos mitos son totalmente falsos, ya que ser un estudíante en línea no es fácil ni dificil, basta, con aplicar estrategias y acciones que te permitan autogestionar tu aprendizaje, asimismo, resulta fundamental crear un compromiso contigo y con tu aprendizaje, asi como desarrollar tu comprensión lectora, puesto que el entender lo que lees te evitará frustaciones y pérdidas de tiempo.
Ahora, ya identificas los elementos primordiales para
enfrentarte a esta modalidad, y lo que implica ser un estudiante en línea,
esfuérzate y ten confianza siempre en lo que realizas.
¡Recuerda que el
verdadero aprendizaje no se basa en consumir ideas o información, sino en
apropiarte del conocimiento. Nunca olvides que cuentas con las habilidades y
destrezas necesarias para triunfar en esta modalidad!
Fuentes de información
Bautista, G., Borges, F., & Forés, A. (2006). Didáctica universitaria en Entornos Virtuales de Enseñanza-Aprendizaje. Madrid: Ediciones Narcea.
Cabero Almenara, J., & Llorente Cejudo, M. (2008). La alfabetización digital de los alumnos. Competencias digitales para el siglo XXI. Revista portuguesa de pedagogía, 7-28.
García Aretio, L. (2014). Bases, mediaciones y futuro de la EaD en la sociedad digital. Madrid:
Editorial síntesis.
Ortíz, J. R. (1998). La educación a distancia en el umbral del nuevo paradigma telemático.
Recuperado el 19 de Agosto de 2014, de http://goo.gl/TNEVsb
Palacios-Jiménez, N. M. (2005). Un panorama de la educación a distancia. Revista Médica del
Instituto Mexicano del Seguro Social, 461-463.
Fuentes de información
Bautista, G., Borges, F., & Forés, A. (2006). Didáctica universitaria en Entornos Virtuales de Enseñanza-Aprendizaje. Madrid: Ediciones Narcea.
Cabero Almenara, J., & Llorente Cejudo, M. (2008). La alfabetización digital de los alumnos. Competencias digitales para el siglo XXI. Revista portuguesa de pedagogía, 7-28.
García Aretio, L. (2014). Bases, mediaciones y futuro de la EaD en la sociedad digital. Madrid:
Editorial síntesis.
Ortíz, J. R. (1998). La educación a distancia en el umbral del nuevo paradigma telemático.
Recuperado el 19 de Agosto de 2014, de http://goo.gl/TNEVsb
Palacios-Jiménez, N. M. (2005). Un panorama de la educación a distancia. Revista Médica del
Instituto Mexicano del Seguro Social, 461-463.
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